27 noviembre 2009

Nietzsche

Nació en 1844 y murió en Weimar en 1900. En su filosofía se pueden distinguir tres partes:

-La primera establece la distinción entre el espíritu apolíneo, que expresa el mundo como representación y el espíritu dionisíaco que lo expresa como la voluntad.
- En la segunda exalta la ilustración por su interés por lo humano pero rechaza su culto al progreso.
- En el tercero resalta que sus doctrinan parten de una concepción de la vida como dolor, lucha e irracionalidad, que había aprendido, pero rechaza la resignación proponiendo la aceptación de la vida tal y como es.
Nietzsche hace una crítica total que abarca todos los aspectos de la cultura europea: el mundo racional, el mundo religioso y el mundo moral.
Crítica a la moral:
El principal error de la moral tradicional es su antinaturalidad, es decir, el ir contra la naturaleza, contra la vida. La base filosófica de esta moral contra-natura es el platonismo. El centro de gravedad de estas ideas se pone no en esta vida sino en la otra en el mundo de las ideas. Hay una evasión respecto al hombre concreto; viviente, al mundo real.
Crítica la moral porque la moral mata a la vida. Nietzsche no es enemigo de la moral, sino que rechaza una moral concreta. Lo que él pretende es poner otra moral: la moral de la vida.
Crítica a la religión cristiana:
El cristianismo ha invertido los valores de la vida y se ha inventado un mundo ideal, el celestial, que lleva una verdadera desvalorización del mundo terreno:
-Supone el extravío más fuerte de los instintos.
-Fomenta los valores mezquinos. Es el enemigo de la moral del superhombre.
-Habla de pecado que es un atentado contra la vida.
Nietzsche interpreta el cristianismo como una moral vulgar, porque se opone a los valores específicos de la verdadera virtud. Esta vulgaridad no
Viene del hombre, sino de Dios que es el gran obstáculo contra la vida y que hay que acabar con él.
Crítica a la filosofía tradicional:
La crítica a la filosofía tradicional tiene una unión muy estrecha con la crítica a la moral. La moral tiene su base en la filosofía socrático-platónica con sus dos mundos diferentes y distanciados; el mundo real y el mundo de las ideas.
La filosofía tradicional considera el ser como algo estático, fijo, inmutable… Pero ese ser no existe. La base de la metafísica occidental; el espíritu de la decadencia, el de odio a la vida y al mundo.
El supremo error de la metafísica es haber admitido un mundo atarante frente a un mundo real, cuando sólo es real este mundo en que vivimos, Sólo existe el devenir. Sólo existe el mundo de las apariencias, los fenómenos.
No admitirá a Kant por esa separación entre fenómeno y noúmeno: sólo existe el fenómeno, el mundo de lo aparente.
Crítica a las ciencias positivas:
La crítica de Nietzsche a la ciencia es una crítica de la matematización. La Determinación cuantitativa de las cosas anulan las diferencias entre ellas, ya que el modelo matemático de la naturaleza tiende a la igualación y no es cualidad propia de cada cosa.
Nietzsche ataca a la metodología del positivismo que ofrece una imagen esteticista y totalmente controlada de la naturaleza.
Algo que podemos destacar de Nietzsche es la visión del eterno retorno.

Nietzsche no sólo afirma los valores de esta tierra, sino su deseo de que se repita eternamente. No se resigna a que se termine esta vida. Afirma que el eterno ciclo del morir y el volver a existir se repite eternamente para todos.
Su pensamiento es que esta vida hay que vivirla infinitas veces, con cada dolor y cada alegría. El eterno retorno es la repetición de los mismos acontecimientos en los mismos individuos.